Isla Hormiga
Cabo de Palos
-Cartagena-
Este faro, situado en la Isla de la Hormiga, sirve de apoyo al de Cabo de Palos, a 2,5 millas de distancia y avisa del peligro que supone el conjunto de islotes y bajos de la zona, siendo testigo de numerosos naufragios.
Fue inaugurado en 1862 y destruido por una gran tormenta, en uno de los incidentes más desgraciados en la historia de los faros de la Región. En 1869 un fuerte temporal de levante arrancó los cuatro muros del edificio, mientras que el farero impotente ante la furia de las olas pudo ver como el mar le arrebataba a su esposa y a tres hijos, siendo rescatado cuando se encontraba a punto de desaparecer bajo las olas. Tras este episodio nadie más volvió a vivir allí.
En 1870 se construyó otro faro compuesto por un edificio circular de 20 metros de diámetro exterior donde se alza la torre de 12 metros de altura sobre la base del edificio, alcanzando una altitud de 23 metros sobre el nivel del mar.
En 1920 pasó a ser el primer faro automático en España.
Ha sufrido varias transformaciones y actualmente su luz, con un alcance de 8 millas náuticas (14,8 km), proviene de una fuente energética automatizada que se alimenta de 6 paneles solares.
Los temporales que azotan la zona hacen que requiera reparaciones periódicamente.
El Sirio un transatlántico italiano, construido en Glasgow y que realizaba la ruta Génova – Buenos Aires naufragó el 4-08-1906, sobre las 4 de la tarde chocando contra el bajo de fuera en islas Hormigas, Cabo de Palos a una velocidad de 15 nudos. La explicación más convincente del motivo por el cual su capitán Giuseppe Piccone, realizó esta peligrosa acción es que se acercaba la costa a recoger inmigrantes ilegales que no podían pagar un pasaje normal, actividad habitual en aquellos tiempos.
El capitán y la tripulación se desentendieron del desastre abandonando el barco en un bote y salvando sus vidas. No se ha podido establecer con exactitud el número de personas supervivientes ni fallecidas en el naufragio, en lo que ha supuesto el mayor accidente de la navegación civil ocurrido en las costas españolas hasta la fecha, pero se estima en alrededor de 580 tripulantes salvados y unos 280 fallecidos.
Varios barcos acudieron en su ayuda, un vapor galo arrojó botes salvavidas, salvando a 44 personas y siguió su rumbo, al igual que otros que continuaron por el temor a tener la misma suerte que el Sirio.
Los pescadores de Cabo de Palos en sus pequeños botes y otras pequeñas embarcaciones acudieron en ayuda de los náufragos, siendo el marinero Vicente Buigues alicantino nacido en la pequeña población de Moraira y afincado en Cabo de Palos el que protagonizó la mayor acción heroica del trágico suceso en lo que aún hoy día ha sido la mayor operación civil de salvamento en la costa de España.
Vicente Buigues patrón del pailebote 'Joven Miguel' se dirigía a Cartagena procedente de Denia, siendo testigo del Sirio antes y después del naufragio. Más tarde contó que el capitán tenía que ser un idiota o un navegante con una gran habilidad para viajar a 15 nudos por aquellas aguas.
En cuanto se percató del desastre y sin dudarlo se dirigió hacia el Sirio, a pesar de la fuerte oposición de su tripulación, teniendo que hacerse valer con una pistola. La primera operación de Buigues fue incrustar el bauprés del pequeño velero (el palo que llevan a proa los buques de vela y que se proyecta hacia afuera como una prolongación del barco) entre la borda del trasatlántico italiano, operación de verdadero riesgo, que conllevaba de que en caso del hundimiento definitivo del Sirio se llevara al fondo a su pailebote y tripulación. Una vez lograda cierta estabilidad, con tablas y cuerdas hizo una pasarela segura entre el Sirio y la cubierta del 'Joven Miguel'. Así, logró la salvación de más de 400 personas, hacinadas en el 'Joven Miguel' hasta su desembarco en el puerto de Cartagena.
Por su valentía y heroísmo Vicente Buigues fue condecorado por los gobiernos de España e Italia con la Cruz del Mérito Naval con Distintivo Rojo y con la Medalla de Oro de Salvamento de Náufragos. El propio rey Alfonso XIII le recibió en audiencia en el Palacio Real con el que llegó a mantener una amistad personal durante toda su vida
El Sirio permaneció 16 días varado sobre la cima del Bajo de Fuera, hasta desaparecer completamente por una tormenta el 21 de agosto de 1906, por lo que si la tripulación hubiese actuado con calma y profesionalidad, el coste de vidas se habría reducido drásticamente.
Una placa conmemorativa en el mirador del faro de Cabo de Palos recuerda a los héroes de esta tragedia Vicente Buigues junto a los pescadores de cabo Palos y a las víctimas del naufragio.
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