El Parque Regional de Sierra Espuña cuenta con 17.804 hectáreas y se extiende por los municipios de Alhama de Murcia, Totana, Aledo y Mula.
Está situado en la zona central de la Región de Murcia, entre los valles de los ríos Guadalentín y Pliego. Visitando este parque podremos descubrir su gran riqueza ecológica y los valores culturales e históricos que alberga. Es sin duda uno los mejores lugares de la Región de Murcia para practicar el turismo y respeto por la naturaleza, disfrutando de la extensa red de senderos en Sierra Espuña.
El Parque de Sierra Espuña es un interesante y diverso espacio natural, que muestra los trabajos de largos años para la recuperación ecológica y la conservación de la naturaleza. La gran masa boscosa que hoy día es Sierra Espuña se debe a la acción natural del hombre, lo que la diferencia de otros espacios forestales y es uno de los mejores ejemplos de regeneración de la naturaleza.
La sierra, perteneciente a la Cordillera Bética, poco tiene que ver con la de finales de siglo XIX, cuando se encontraba en un estado ecológico lamentable provocado por una desertificación significativa hasta que en 1889 el ingeniero forestal D. Ricardo Codorníu realizó un gran trabajo de reforestación que ha servido de modelo para otros procesos similares en el resto de España. Debido a ello existe una red viaria por la que se puede acceder a todos los rincones de la montaña, ya que en su día fue necesario realizarla para completar las tareas de recuperación forestal.
Declarada de interés cultural en 1931 y protegida como Parque Regional en 1992, el parque cuenta con la catalogación de Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Lugar de Importancia Comunitaria (LIC).
Pueden encontrarse más de 1000 especies vegetales, 36 de ellas protegidas por ley o de gran valor botánico. Predominan los pinares de pino carrasco, pino laricio y pino rodeno. Además de encinares y arces de Montpelier, la vegetación varía a medida se asciende, incluyendo olmos, chopos, álamos, rosales, lentisco, enebros, madroños y ya en la cumbre piornos y sabinas.
En cuanto a la fauna podemos destacar su enorme variedad con más de 123 clases de aves, 38 de mamíferos, 17 de reptiles y 8 de anfibios. Sapos corredores, culebras bastardas, lagartos ocelados, carboneros, piquituertos, gavilanes, azores, además de los reyes del Parque Natural como las águilas calzadas y real, los buitres leonados o el búho real. Los grandes mamíferos en el parque son el arruI o el jabalí y otros más comunes como la ardilla común, el conejo, los tejones o los gatos monteses. El arrui o muflón del Atlas fue introducido en Sierra Espuña desde el zoo de Casablanca (Marruecos), en 1970.
Aunque el senderismo sea uno de los deportes más habituales en Sierra Espuña, también puedes realizar otros como: bicicleta, la escalada, la espeleología, la caza y la pesca. Además, el parque regional ofrece muchos otros servicios y lugares de interés:
-
Restaurantes: debes de probar los magníficos arroces o carnes a la brasa en alguno de los restaurantes que hay en esta sierra.
-
Área Recreativa de Fuente del Hilo: Zona de aparcamiento y mesas para picnic, restaurante, aseos públicos, rutas de senderismo señalizadas, área de acampada cercana Campamento de Exploradores (previa autorización), facilidad para el avistamiento de jabalíes. Se encuentra a poco más de un kilómetro del centro de visitantes Ricardo Codorníu
-
Área Recreativa de La Perdiz: Zona de aparcamiento y mesas picnic, aseos públicos, restaurante, rutas de senderismo señalizadas, área de acampada La Perdiz (previa autorización).
-
El Morrón de Espuña (1.583m.) , Morrón Chico (1.444m.) ofrecen una excelente panorámica al conjunto de la sierra y sus alrededores. Desde la cima del Pedro López (1.566m) se contempla una de las panorámicas más majestuosas de la sierra.
-
Mirador de Collado Bermejo: Situado en una de las zonas más alta de la montaña, desde donde se divisa gran parte del Valle del Río Espuña y parte del Valle del Guadalentín. Desde aquí podemos ascender caminando hacia los Pozos de la Nieve, o utilizar la carretera que está abierta hasta las 18 h.
-
Pozos de la Nieve: Desde el Siglo XVI hasta la invención de los frigoríficos, estas construcciones se utilizaron para almacenar y prensar la nieve y obtener hielo, que se trasladaba a ciudades tan distantes como Murcia, Cartagena, Orihuela. Puedes dejar el vehículo en el aparcamiento de Collado Mangueta e iniciar el sendero de Pedro López, donde verás algunos pozos, dos de ellos restaurados y uno incluso visitable por su interior.
-
Paredes de Leiva: Zona ideal para la práctica de escalada, paisaje kárstico. Su acceso se realiza caminando desde el Área Recreativa de La Perdiz, iniciando el Sendero del Valle de Leiva.
-
El Berro. Pedanía alta de Alhama de Murcia, con diferentes comercios, hospedería rural, camping, casas rurales, restaurantes, etc. Recomendable visitar el Mirador del Corazón de Jesús.
-
Gebas. Pedanía situada junto al Paisaje Protegido de Los Barrancos de Gebas, impresionante paraje semidesértico, con una gran oferta en casas rurales. También cuenta con hotel y restaurantes.
Por la importancia que tuvo don Ricardo Codorníu y su equipo en el legado de lo que hoy es el Parque Regional de Sierra Espuña que todos podemos disfrutar, dejamos una descripción de su vida y trabajo que podemos leer bajo el busto dedicado a su memoria.
Ricardo Codorníu Stárico. El Apóstol del árbol
D. Ricardo Codorníu Stárico nació en Cartagena el 16 de Julio de 1846 y su vida es ya parte de la historia de Sierra Espuña.
Hombre bondadoso, altruista y gran amante de la naturaleza, sentía un gran interés por los asuntos forestales, por lo que desde muy joven se entregó a esta causa y más tarde ingresó en el Cuerpo Nacional de Ingenieros de Montes.
Este ilustre ingeniero de montes fue director de la División Hidrológica-Forestal del Segura, y posteriormente jefe de inspección de Repoblaciones Forestales y del Servicio Hidrográfico-Forestal del Ministerio de Fomento. Debido a su pasión por la causa forestal, llevó a cabo multitud de proyectos siendo uno de los más importantes la restauración hidrológico-forestal de Sierra Espuña, junto a los ingenieros D. José Musso y D. Juan Ángel de Madariaga.
Tras la creación en 1888 de las comisiones de repoblación, a Codorníu le correspondió la realización de los estudios preliminares, orográficos y climáticos, de la cuenca del Guadalentín. Así en 1889 realiza su primera visita a Sierra Espuña, que según nos relata en sus “bagatelas forestales”, la realizó a lomos de una yegua murciana. La desolación que le produjeron los paisajes descarnados y desérticos, que contempla desde el Morrón de Espuña, le animan a emprender la ambiciosa empresa de repoblarla en su totalidad, acción en la que no cejó durante toda su vida, convirtiéndose en la obra más representativa de su afán repoblador.
Fue presidente de la Real Sociedad Española de Historia Natural; fundador de la Sociedad de Amigos del Árbol, lo que le valdrá el cariñoso apelativo de “Apóstol del Árbol”, director de la revista España Forestal: colabora con la Revista de Montes y fue miembro de la Academia de Ciencias de Barcelona.
Ricardo Codorníu también dedicó su vida a la difusión y enseñanza del medio forestal, a partir de conferencias y publicaciones que insistían en la importancia de la reforestación de los paisajes de España.
Su intensa labor a favor de la Naturaleza será reconocida con valiosas condecoraciones como la gran Cruz de Isabel la Católica, La Cruz del Mérito Agrícola, La Encomienda del Alfonso XII, todas costeadas por subscripción popular.
A su muerte ocurrida el
26 de Septiembre de 1923 a la edad de 77 años, se le erigieron algunos monumentos, como el del
Parque del Retiro de Madrid y el situado bajo el gran ficus de la
Plaza de Santo Domingo de Murcia. Pero es en este lugar donde se le erigió quizás el más entrañable, dedicado y costeado por todo el sector forestal: ingenieros, ayudantes y agentes medioambientales.
Ricardo Codorníu fue el abuelo materno de Juan de la Cierva Codorníu, inventor del autogiro y la figura más importante de la aviación española en el siglo XX