Iglesia de San Sebastián

La iglesia parroquial de San Sebastián se construyó entre 1737 y 1742 sobre el solar de una anterior de comienzos del siglo XVI. Sufragada por la orden de Santiago y el Concejo de la Villa, el templo sigue las sobrias normas estilísticas del barroco murciano.

 

Aunque parece tener una estructura basilical, en su interior se descubre una planta cuadragunlar dividida en tres naves con ábside y crucero sobre el que se alza una cúpula sostenida por pechinas con pinturas de la época que representan a los cuatro evangelistas.

 

En la entrada se abre un arco de medio punto rebajado con bóveda de lunetos que acoge el sottocoro, el cual se apoya sobre una columna toscana que parte de una gran pila de agua bendita profusamente decorada con símbolos santiaguistas.

 

La sobria fachada principal presenta molduraciones, pináculos y una hornacina central que acoge una talla pétrea del santo titular. Toda la fábrica está enmarcada por sillares de piedra. La torre que culmina en el campanario, consta de tres cuerpos separados por cornisas y angulaciones de piedra y es original de la antigua iglesia.

 

En la imaginería destacan dos bellas imágenes de Francisco Salzillo: una talla de San José realizada en 1746 y otra de San Joaquín con la Virgen Niña. Sobresale también la imagen de San Sebastián tallada en madera de cerezo en 1721 por un anónimo fraile franciscano de Cieza.

 

El patrimonio histórico-artístico del templo se completa con un magnífico órgano construido por Josef Meseguer en 1743 en el estilo propio de la organería rural castellana de este siglo. Cuenta con 180 registros y una bella y sobria decoración en todo el mueble. Fue donado, como tantos otros objetos y obras del templo, por la familia Llamas, grandes mecenas del templo y de la Villa. Todo el conjunto está declarado Bien de interés Cultural.