Este espacio se sitúa junto al cauce del río Guadalentín (cuyo significado es “río de barro”), con una extensión de 1487 hectáreas que abarcan las poblaciones de Alhama de Murcia y Totana. Estos saladares constituyen el 28,9% de los humedales continentales que existen en la Región y por ende se encuentra protegido además de ser Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) por su alto valor ornitológico.
La extensa llanura aluvial no conforma una gran laguna, sino varios saladares fragmentados y divididos a causa de los cultivos de la zona. Se les ha denominado “criptohumedales” ya que su apariencia no corresponde a la de un humedal típico por ser zonas de agua oculta o “humedales de tránsito”. El hecho de que el subsuelo sea húmedo y la superficie esteparia es un hecho único y especial provocado por un proceso llamado evapotranspiración.
La aridez de la superficie permite la presencia de colonias de tomillo, taray, siempreviva, albardín o verdolaga, que junto con la fauna de calandrias, terreras, aguiluchos, zorros, culebras o erizos, conforman la parte biológica de este entorno único.