El hallazgo del edificio de las termas romanas occidentales de
Águilas, se produjo de forma casual en el año 1790 en la Calle Rey Carlos III, en su confluencia con las calles Quintana y Martínez Parra, al realizar la cimentación de un edificio. En 1981, con motivo del inicio de una nueva obra en dicho solar, se realizo otra excavación arqueológica y se localizó la bañera semicircular (
Alveus) del
Caldarium y parte del Hipocausto.
Posteriormente, en el año 2000, se realizó la limpieza y excavación de los restos, que se conservan en estas dependencias para su exposición pública, recuperando parte del subsuelo del Caldarium y el Hipocausto situado bajo la piscina semicircular y formado por cuatro arcadas de ladrillo. También se recuperó un horno (praefumium) que empleado en el siglo IV en una instalación industrial para elaborar salazones mediante la aportación de calor. Las termas romanas representan la unificación en un edificio de ambientes con baños fríos-calientes y disponían de tres salas básicas: Frigidarium o sala fría; Tepidarium o sala templada y Caldarium o sala caliente.
En Águilas existe otras termas romanas construidas a mediados del siglo II, las llamadas Termas Orientales.