Este convento, antigua residencia de verano del Obispo de la Diócesis de
Cartagena, lo mandó construir Victoriano López Gonzalo entre los años 1789 y 1805. El edificio, que sigue un modelo de nave única y estilo barroco, consta de un núcleo originario creado en el siglo XV que sus ocupantes ampliaron posteriormente. Cuenta con un magnífico jardín embellecido con columnas blancas de capitel jónico, dispuestas en forma de exedra, y escudos en cada fachada y esquina del inmueble.
El palacio fue destruido en la Guerra Civil, cuando se quemaron todos sus bienes, muebles y extensa biblioteca. Tras su reconstrucción acoge a la comunidad franciscana.