Esta obra de 1886 del arquitecto local
Francisco José Belmonte ha sido remodelada en varias ocasiones. Una de ellas fue en 1871, cuando una tormenta que destruyó la antigua claraboya de armazón de hierro que tras las obras se sustituyó por una cúpula de mampostería con tragaluces ovales y vidrieras.
Exteriormente, el edificio presenta ventanales de arco rebajado, zonas de piedra almohadillada y el escudo de armas en la fachada principal. El interior consta de un espacio luminoso gracias a la gran cantidad de ventanales y numerosos tragaluces de la cúpula y sus vidrieras.
El edificio, que posteriormente se remodeló varias veces para ampliar el espacio y las estancias, ha servido de escuela, de cárcel y actualmente se utiliza como salón de plenos, salón de actos y sala de diversas exposiciones.