La visita comienza en la Oficina de Turismo que está a la entrada del pueblo a mano derecha. Antes de bajar del coche sabíamos que el día iba a ser frío, pero eso no mermó nuestras ganas de conocer este pueblo que nunca habíamos visitado.
Nada más llegar, nos ofrecieron todo tipo de folletos sobre la zona, resaltando su famoso Museo del Vino, el cual se encuentra en la misma oficina.
Los puntos más importantes de la visita son: La casa de don Pepe de Marsilla, La Plaza de España donde visitaremos la Casa Melgares y la iglesia Nuestra Señora del Rosario. Seguidamente entramos en la Calle de la Tercia y encontramos la casa de don Juan de Gloria Artero, la casa de don Juan Martinez Carreño y la casa de la Familia Marsolla Pascual. Después, pasamos a la Calle de Los Fieles donde encontramos su famosa Torre del Reloj antes de visitar dos casas más: la casa de don Blas-Alfonso Marsilla Molina, que para mi gusto es la más bonita, y la casa de la familia Figueroa, enfrente de la cual hay una confitería-pastelería tradicional donde se pueden comprar las famosas torrijas (que según nos dicen, son las mejores del pueblo).
Una vez finalizada la visita, no nos podíamos marchar del pueblo sin dar rienda suelta a nuestro espíritu aventurero así que fuimos a ver, tanto el famoso Salto del Usero como el nacimiento del río Mula, que según nos comentó la guía hacía muchos años que no se veía.
Merece la pena visitar este pueblo porque encontrarás unos parajes muy bonitos y la curiosidad de ver como el río atraviesa la carretera.