
En la época medieval, la villa de
Aledo se encontraba totalmente fortificada por una muralla. El recinto amurallado, jalonado de torres, circunda el antiguo casco urbano de Aledo, adaptándose al puntal rocoso donde se sitúa. En la actualidad son perfectamente visibles los restos de sus muros.
El recinto defensivo quedaba organizado en una amplia muralla principal con lienzos y torres de mampostería y un antemuro previo entre el templo y
la Torre del Homenaje.
En la zona más vulnerable de la Villa, un muro construido con tapiales (muros con tierra arcillosa húmeda, utilizando un encofrado para formarla) fue dotado también con varias torres.