Caravaca de la Cruz

Íberos, romanos, musulmanes fueron pobladores de Caravaca de la Cruz, que fue creciendo alrededor de su castillo construido por la Encomienda de los Templarios en el siglo XV. Según la leyenda, en 1232 el rey moro Abú Zeid se convirtió al cristianismo cuando vio bajar del cielo a dos ángeles que pretendían ayudar a  dar misa a un sacerdote que estaba preso. La leyenda incentivó a sus habitantes para construir en el recinto de la fortaleza el principal monumento de la zona: el santuario de la Santa Cruz. Esta población recibió del Papa el jubileo, lo que le permite conmemorar el Año Jubilar cada siete años, siendo la quinta ciudad del mundo que goza de este privilegio.

Caravaca de la Cruz también es un enclave excepcional para el turismo rural, abundando en la zona alojamientos rurales que permiten estar en pleno contacto con la naturaleza, practicar el senderismo o dar relajantes paseos a caballo. La Fiestas de Los Caballos del Vino, que se celebran entre el 1 y el 5 de Mayo, han dado a Caravaca de la Cruz un abanico de posibilidades a nivel internacional.

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