Parque Regional Sierra de la Pila

Como casi todos los Parques Regionales, éste está incluido en la Red Natura 2000, siendo parte del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN), Lugar de Interés Comunitario (LIC) y gran parte del Parque es Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). 

 

Esto último se debe en gran medida a la existencia de poblaciones de chova piquirroja o cucalas, además de águilas reales, halcones peregrinos, águilas perdiceras y búhos reales.

Respecto a la flora, hay una gran cantidad de sabinares, pinares y carrascales de encina manchega, además de mucha vegetación propia del sureste español como palmito, madroño, espino negro, cornicabra o enebro.

En total, este Espacio Natural Protegido cuenta con 8.836 hectáreas.

 

Entre las zonas que podemos destacar por sus valores paisajísticos, botánicos y faunísticos  son Fuente la Higuera y la Umbría de los Cenajos. Este espacio está dotado de una red de pistas forestales que lo vertebra y ofrece a los visitantes más de 50 kilómetros de caminos señalizados y en buen estado por lo que las posibilidades de disfrutar de sus distintos parajes está garantizada.

El acceso al Parque se puede realizar por diferentes puntos. Por el sur la RM-A20 que parte de la Estación de Blanca hasta el Rellano ofrece múltiples accesos por esta cara en la que cruzamos diversos barrancos: barranco de las Cucalas, de Moaire, de Javé, del Frailón, González y barranco del Mulo.
Desde Fortuna accederemos por la carretera MU-17-A en dirección a la Garapacha y Fuente Blanca. Si continuamos bordeando la Sierra por esta carretera llegaremos hasta Peña Zafra de Arriba que también ofrece accesos desde su zona más al este.
Por el Norte desde la salida 13 por la autovía A33 dirección Jumilla cogemos la carretera RM-A10 a Casablanca  que nos ofrece múltiples accesos hasta que cierra con la MU-17-A.

Como sucedía con Sierra Espuña aquí también se producía Nieve. Cerca de las cumbres de los Cenajos aún podemos admirar las ruinas de dos pozos de la Nieve. Para llegar a los mismos el punto de partida es la Garapacha, donde tomamos el camino forestal que se adentra en la sierra. En ocho kilómetros llegamos al Mojón de las Cuatro Caras y continuando por la pista de la derecha en dirección a los Cenajos, Cabeza de Turra y Puerto Frío. En tres kilómetros alcanzamos la estrecha carretera asfaltada que sube hasta las cumbres y en un kilómetro más llegamos hasta los pozos.
 

El punto de información "Fuente la Higuera" se encuentra actualmente cerrado, por lo que si deseamos información tenemos que dirigirnos a la oficina de información de otros espacios naturales como el situado en el Valle y Carrascoy "Centro de Visitantes El Valle"

 

La Sierra de la Pila fue el lugar escogido por un bandolero de “buen corazón” llamado Jaime el Barbudo. Nació en Crevillente (Alicante) en 1783. Jaime Alfonso el Barbudo estuvo prácticamente toda su vida huyendo de la Justicia por las montañas murcianas y alicantinas. Llegando a ser el bandolero más famoso y buscado de su época.

Su final fue de bandolero: murió ahorcado el 15 de julio de 1824 en la plaza de Santo Domingo de Murcia y descuartizado en cinco trozos, que se exhibieron para escarmiento público, una vez fritos, en Crevillente, Hellín, Sax, Fortuna, Jumilla y Abanilla. Este hecho que queda reflejado en una placa conmemorativa que hay en la plaza de Santo Domingo en Murcia
Su escondite lo tuvo en las entrañas de la Sierra de la Pila, entre otros, en la llamada Cueva de la Excomunión.
Si queremos visitarla hay que ir desde Fortuna a la aldea de La Garapacha, y una vez allí hay que seguir por la pista forestal que, en dirección oeste, se interna en la montaña. El camino está señalizado con indicadores propios  del parque regional. En ocho kilómetros llegamos al Mojón de las Cuatro Caras, donde se tocan los términos de Fortuna, Abarán, Blanca y Molina de Segura, y de donde parten cuatro pistas en buen estado perfectamente indicadas. Nosotros continuamos por el Camino del Boquerón, que también conduce al Barranco Gordo y el Prisco. Después de un kilómetro, aproximadamente, el camino se ensancha formando una cuneta con arena. En ese punto, por la derecha de la pista, parte una senda que nos conduce en apenas 300 metros hasta la boca del agujero. En su interior se han hallado restos calcolíticos (3.000 años a.C), e íberos.